¿Por qué se nos duermen las extremidades?
Todos lo hemos experimentado alguna vez: estás sentado con las piernas cruzadas o te has quedado dormido sobre el brazo, y de pronto sientes un cosquilleo extraño, una sensación de hormigueo o incluso una pérdida temporal de sensibilidad. Es lo que comúnmente llamamos “que se te ha dormido” una extremidad. Pero, ¿por qué se nos duermen las extremidades? ¿Es algo normal o hay que preocuparse?
Esta curiosa sensación, conocida médicamente como parestesia transitoria, tiene una explicación completamente científica, y en la mayoría de los casos, no representa ningún peligro. Sin embargo, en algunas situaciones puede ser una señal de que algo más serio está ocurriendo en nuestro cuerpo.
Qué ocurre exactamente cuando una extremidad “se duerme”.
El término “dormirse” en este contexto hace referencia a una interrupción temporal en la transmisión de señales nerviosas, generalmente causada por una compresión sostenida de nervios o vasos sanguíneos. Esto impide que la información sensorial y motora llegue correctamente desde la extremidad al cerebro, provocando:
- Hormigueo.
- Entumecimiento.
- Sensación de pinchazos o quemazón.
- Pérdida temporal del control motor fino.
Lo que está ocurriendo, en realidad, es que los nervios periféricos están siendo comprimidos y no pueden enviar correctamente sus impulsos eléctricos. Si además hay compresión de vasos sanguíneos, el flujo de oxígeno a los nervios también se reduce, potenciando la sensación.
Ejemplos cotidianos: más comunes de lo que parece.
La situación más habitual es estar sentado durante mucho tiempo con las piernas cruzadas, lo que puede comprimir el nervio peroneo en la rodilla. Otra muy común es dormirse con el brazo bajo la cabeza o el cuerpo, lo que afecta al nervio cubital o al plexo braquial.
Cuando volvemos a movernos, recuperamos el flujo nervioso y sanguíneo. Eso genera una especie de mini tormenta eléctrica en el sistema nervioso, lo que sentimos como el clásico cosquilleo de “se me está despertando”.
¿Es peligroso que esto ocurra?
En general, no es peligroso si ocurre ocasionalmente y desaparece en pocos minutos tras cambiar de postura. Se considera un fenómeno benigno y totalmente normal.
Sin embargo, si ocurre con frecuencia, sin una causa aparente, o si afecta siempre al mismo lado del cuerpo, podría indicar algún problema médico que conviene consultar con un especialista.
Causas comunes de parestesia transitoria.
1. Compresión nerviosa.
La causa más habitual. Ocurre al estar en una posición que presiona un nervio (por ejemplo, sentarse sobre una pierna o apoyarse sobre un brazo).
2. Compresión vascular.
Cuando el flujo sanguíneo se interrumpe, los nervios dejan de recibir oxígeno y nutrientes, lo que altera su funcionamiento temporalmente.
3. Deficiencias nutricionales.
Niveles bajos de vitaminas del grupo B, especialmente la B12, pueden provocar parestesias crónicas. Estas vitaminas son esenciales para la salud nerviosa.
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4. Síndrome del túnel carpiano.
Un caso especial de compresión nerviosa crónica que afecta al nervio mediano en la muñeca, muy común en personas que usan mucho el ordenador o realizan trabajos manuales repetitivos.
5. Neuropatías periféricas.
Enfermedades como la diabetes, el hipotiroidismo o el alcoholismo crónico pueden dañar los nervios periféricos y generar parestesias recurrentes.
La Fundación Española de Diabetes explica cómo la diabetes puede afectar el sistema nervioso.
¿Cuándo hay que consultar al médico?.
Existen algunas señales de alerta que indican que la parestesia podría tener un origen más serio:
- Aparece de forma espontánea, sin presión o postura mantenida.
- Dura más de 30 minutos.
- Se repite a diario o varias veces por semana.
- Va acompañada de debilidad muscular o pérdida de fuerza.
- Solo afecta a un lado del cuerpo de forma constante.
En estos casos, lo mejor es acudir a un neurólogo, quien puede solicitar pruebas como un electromiograma o resonancia magnética para descartar compresiones, lesiones o enfermedades sistémicas.
¿Cómo evitar que se duerman las extremidades?.
Aunque no siempre se puede evitar, sí existen algunas prácticas que ayudan a reducir su aparición:
- Cambiar de postura con frecuencia.
- Evitar permanecer largos periodos con una sola extremidad en tensión.
- Estirar brazos y piernas regularmente.
- Mantener una buena postura al dormir o sentarse.
- Si trabajas con ordenador, asegúrate de tener una ergonomía adecuada.
¿Qué pasa cuando la parestesia se vuelve crónica?.
Cuando la sensación de hormigueo o adormecimiento se convierte en constante, puede tratarse de una parestesia crónica. En este caso, ya no hablamos de un fenómeno benigno sino de una posible alteración neurológica más profunda. Algunas causas pueden ser:
- Lesiones medulares.
- Hernias discales.
- Esclerosis múltiple.
- Compresiones prolongadas por tumores.
- Efectos secundarios de medicamentos.
Una buena exploración médica y un diagnóstico temprano pueden ser claves para evitar complicaciones a largo plazo.
❓Preguntas frecuentes.
¿Por qué se nos duermen las extremidades?.
Por compresión temporal de nervios o vasos sanguíneos, que interrumpe la transmisión de señales.
¿Es normal que pase con frecuencia?.
Si ocurre tras una postura mantenida, es normal. Si es espontáneo o constante, conviene consultar al médico.
¿Qué vitamina evita que se duerman las extremidades?.
Principalmente las del grupo B, en especial la vitamina B12, que protege los nervios periféricos.
¿El estrés puede causar hormigueo en manos o pies?.
Sí. El estrés mantenido puede tensar músculos y alterar la circulación, provocando parestesias transitorias.